LA MINERÍA EN CHUMBIVILCAS; ESTA EN LA GARGANTA DE LOS TRANS-NACIONALES
CASTAÑEDA ASENCIO Álvaro Hilario ()
Los
problemas del presente son motivos de
investigación; el pasado es un medio para explicar e interpretar el dicho
problema.
La historiografía sobre la producción de la minería en Chumbivilcas; muestra
que esta provincia desde tiempos prehispánico ya fue productor de minerales. Tal cual como existen versiones documentadas: “…Cayo Negrón Aramburu, recoge de las fuentes de la tradición oral, que este pueblo
Colqemarca… -dice- tiene raíces quechua aymara: Colqe que significa plata y
Marca significa oteadero, parte alta;
donde se traduce al español colina de plata. Asevera que en este lugar del Tocra pucara, en épocas pretéritas del
incario, se explotaba oro y plata para enviar a los incas como tributo del país
de los Chumpiwillkcas, para el templo del sol en el Cusco.”[3]
Sin embargo, la agricultura y el pastoreo
fue la base de su economía; al menos hasta antes de la invasión española, en
donde se implantó la minería como actividad primaria, desplazando a la
agropecuaria.
En 1492, se inicia un proceso de
colonización americana, orientado por el mito de: “El dorado” (cerco que manaba
plata) la que se hizo realidad en 1545, con el descubrimiento de Potosí[5] y las minas de Santa Bárbara descubierta en
1563; desde entonces el trabajo
en las minas requería la mano de obra. En 1492, se inicia un proceso de
colonización americana con la invasión encabezada por la corona Española; invasión que
impuso la propiedad privada de la tierra, por ser el medio primordial de
producción, cuya primera forma de dominio externo fueron los repartimientos y
las encomiendas en los territorios vinculados a la actividad minera. “…cuando los conquistadores
arribaron al Perú estableciéndose en el Cusco en busca de tesoros y riquezas
auríferas, tuvieron conocimiento de una
región muy rica en minerales llamada Ch’umpiwillka…”
Esta se conseguía por un lado mediante la “mita minera” y por otro lado los
trabajadores independientes asalariados; reglamentado los procesos desde el
gobierno que muchas veces no fue cumplido;
las informaciones demuestran que no existía correlación entre el salario
y el tributo aplicado a los aborígenes; el sistema tributario les
obligaba a los indígenas a vender su
fuerza de trabajo. En muchos casos eran presionados simultáneamente cuando se
requería la mano de obra en minas y obrajes.[9]
En 1565 Lope García de Castro crea el corregimiento de
Chumbivilcas; bajo una estructura económica de dominación y explotación, en los ricos y abundantes
asientos mineros que eran beneficiados por los encomenderos y religiosos,
particularmente los jesuitas: en las minas de Alcavictoria, Huanso, Condoray,
Orqopampa y otras que se ubicaban en Chumbivilcas; por
otro lado, desde 1577, Chumbivilcas envió las mitas mineras a Huancavelica y
desde 1629 también a las minas de Caylloma simultáneamente.
La privatización de las tierras, se intensificaban. En 1689 -90, se tenían 45 haciendas en el partido
de Chumbivilcas. Los dueños por excelencia eran los españoles y mestizos de la
localidad[11]
quienes se dedicaban a exprimir la fuerza
de los nativos Chumbivilcanos, en tres tipos de centros productivos: minas, obrajes
o talleres textiles y haciendas; sin embargo, desde los inicios del periodo
colonial, la minería había sido apoyada
y estimulada por la Corona,
convirtiéndose en el principal sector económico; por tanto, en el eje de
articulación entre los otros dos sectores.[12]Chevalier
había señalado que las minas fueron el nervio de la colonización, por ende con la invasión española, el curso
de la producción agraria y de comunas productivas como lo menciona Mariátegui, daría un nuevo horizonte, la economía semifeudal
con rezagos esclavistas.
En Chumbivilcas desde finales del siglo XVII
se masificarían los pequeños centros de producción minera, consecuentemente la
demografía demuestra que allí se aumentó la población Española a inicios del
siglo XVIII.
Al respecto en los estudios realizados por
Arturo Villena muestran datos de la producción minera en Chumbivilcas y sus
distritos correspondientes: “…Guillermo Ugarte
Berrio-dice- …Tanta plata producían las
minas de Huanzo, que cuando el Obispo Bartolomé de las Heras a comienzos del
año de 1803 realizó una visita pastoral a Santo Tomás; encontró colocado en
forma de vereda, planchas de plata en toda una calle adyacente a la iglesia.
Con estas planchas de plata que le fueron obsequiadas al Obispo se mandó
construir en 1802 el Altar Mayor de la Catedral del Cusco.… esta Zona era
Interesante por sus yacimientos mineros, por lo que se encontró una buena
cantidad de Españoles que
explotaban Oro…donde extrajeron por muchos años el oro y la plata conforme es
de apreciar las galerías y socavones que existe a la fecha… sus dueños son
españoles por los pocos medios y por estar apasionados por los
corregidores no continúan las labores que son las mejores del Reino, porque de cinquenta
quintales de metal sacan ochenta marcos de plata rica…”[14]
Lo cierto es que la historiografía
peruana, es bastante impreciso al respecto, solo se resalta la producción
minera con producciones a mayor escala en Potosí, y Huancavelica. Vale aclarar
que de Chumbivilcas se enviaban las mitas mineras a Huancavelica y a las minas
de Caylloma. Fuera de las minas extra regionales, existían otras al interior de
la zona, particularmente en Chumbivilcas que generaba otros tipos de relaciones
sociales dentro de un mundo más pequeño. Por otro lado, la producción
agrícola se encontraba subordinado al
sector minero y manufacturero en poca envergadura, los principales, haciendas formadas
alrededor de yacimientos metalíferos
ofrecían contingentes de trabajadores al
asiento minero; antes que unidades de trabajo agrícola eran reservorios de mano
de obra sierva dedicada a la industria extractiva (Hfavre 1964. 240) .
La mano de obra para la minería y la
manufactura se conseguía directamente, mediante la “mita” o indirectamente a
través de la exacción del tributo, que les obligaba a los indígenas a vender su fuerza de Trabajo.. al respecto O´phelan
Godoy con datos y precisiones argumenta que: “…hubo casos en que las provincias que enviaban trabajadores a la mita minera también suministraban una
cuota de hombres a los obrajes, tal como
ocurrio en Quispicanchis, Chumbivilcas y Tinta … cuando la fuerza de trabajo de
una determinada provincia era requerida simultáneamente por las minas y obrajes, las presiones que se
ejercían sobre la población de las comunidades indígenas se incrementaban provocando la competencia
entre los dueños de minas y los
administradores de los centros textiles
. no sorprende , por lo tanto, descubrir que provincias tales como
Quispicanchis, Tinta, y Chumbivilcas, que tenían que aportar una doble cuota de trabajadores, eran más
susceptibles que otras a la tranquilidad social.” Sin duda en sus investigaciones
realizadas, Aparicio Vega, señala que a mediados de 1776 se amotinaron los
indios de Velille, contra el corregidor de Chumbivilcas, Don Gerónimo Sagasti,
y en gesto rebelde que más tarde fue imitado por otros pueblos, ejecutaron al
Corregidor Sagasti, porque cometía una serie de abusos en el cobro de los
tributos.
Aun no se precisa sobre los mecanismos
utilizados para conseguir y mantener la mano de obra en las minas de
Huancavelica, Caylloma, centros mineros en Chumbivilcas y otros centros
productivos como las haciendas de textil y agropecuario.
Sin embargo estas actividades económicas
no se trataban de un sistema económico
estatal, ya que la minería y la Manufactura eran actividades privadas, pese a que su mano de obra era reclutado por el Estado, el cual
a cambio de este servicio, fiscalizaba
la producción”[16]
Este tipo de producción obviamente generaba
una relación social de dominación y explotación, a la ves una pugna entre los
explotadores por el acceso a las fuerzas productivas dentro de Chumbivilcas y
fuera de ella; la alianza entre indígenas
sin tierra y los poderosos
terratenientes se contrasta con la poca
amistad existente en algunos casos entre
administradores españoles y estos mismos hacendados. Una expresión
frecuente de esta clase de conflicto dentro de la población española Chumbivilcana era la competencia entre representantes de la corona
y propietarios de las minas en el mismo Chumbivilcas por acceso a la mano de obra indígena o los
mitayos.
En muchos de estos casos los hacendados se presentaron como defensores de los indígenas, tanto en el
sentido de “salvarles” de la temida mita
a Huancavelica y Caylloma (mandándoles a trabajar a sus propias minas) [17]
“…
agregase que no solo Huancavelica se
lleva doscientos hombres citados sino que por su extensión se motiva
el que conociendo el indio que
para el venidero semestre le puede tocar el turno de mita Suele
tomar el cómo y fácil arbitrario
de trasplantarse con sus pocos
bienes a otras jurisdicciones ….por tal
motivo) convienen en que es útil la mita(Orcopampa) más a beneficio de los
indios que del minero, también en
beneficio de aquella quebrada (de Cotahuasi) porque de este modo circulara este dinero en ella y valdrán los granos que dicha quebrada produce: y así mismo el
que los Indios estarán entretenidos en trabajar
y no se experimentara tanta ociosidad
por no tener en que entretenerse”.
El siglo XVIII, en la historiografía es
una centuria en donde la producción en las minas de Huancavelica y Potosí
decae; estas fluctuaciones en la producción minera fue permanente; sin embargo,
los factores que generó tales fluctuaciones y sus repercusiones en otros centro
productivos aún sigue siendo confuso y con muchas imprecisiones. Este hecho no
implica que la producción minera en el Perú pudiera también menguar, según los
estudios de Jhon R. Fisher; la minería peruana del último tercio del siglo
XVIII, particularmente, aquella que traducía una situación de crisis en este
sector, con la creación del virreinato de
rio de la plata en 1776. Con cifras exactas
el autor demuestra, que en década y media de producción de la plata en el virreinato peruano, pese a
la perdida de alto Perú, aumento en 1799
en un 100% con respecto a 1777, vale decir que hubo un aumento de 637,000
marcos de plata, lo que no se había logrado ni siquiera en el auge de las minas
de potosí(1571-1630), entonces no permite evidentemente hablar con ligereza de una decadencia de la producción de la
plata, según los cálculos, el ocaso definitivo de la minería colonial empezaría
solo en 1812.
Esta investigación es tan valiosa para
tener una idea, de que la producción o el saqueo de los minerales en la colonia
antes del siglo XVIII no fueron superiores. Cuando decae Potosí, aparecerán
otros centros mineros con mayores
producciones y con nuevos instrumentos de trabajo, que a la vez aumentan la
producción a mayor rentabilidad en menor tiempo. Chumbivilcas no fue ajeno a
estos cambios, las minas tuvieron que mejorar sus producciones a pesar de que
Huancavelica ya no proveía el mercurio, y las constantes trabas legislativas
que pusieron sobre los minerales clandestinos; la supresión de las mitas
después de la rebelión de 1780; no fue
un logro en Chumbivilcas como en otros
corregimientos, porque en esta provincia
según los estudios, la explotación aumento después de la supresión de la mita
minera.
“aparte
de potosí, el único centro minero con derecho formal a cuota de mitayos en el
siglo XVIII era Huancavelica dicho privilegio databa de 1577, cuando se
introdujo una ley con Toledo para la provisión anual de 620 indios
procedentes de trece provincias circundantes a la mina Santa Barbara…en la
segunda mitad del siglo XVIII solo dos provincias Chumbivilcas y Cotabambas, seguían mandando
su cupo de indios un total de 265 por año”[19]
Es cierto que las regiones hoy en día más
signadas por el subdesarrollo y la pobreza son aquellas que en el pasado fueron
las mayores productoras de bienes exportados hacia Europa o, posteriormente,
hacia Estados Unidos. Potosí brinda el ejemplo más claro allí en el pasado
había más gente que en Madrid y Londres, hoy es el pueblo olvidado, Huancavelica
fue el principal productor de Mercurio y hoy es la región más pobre del Perú, y
siguen esta misma historia el resto de las regiones como Cerro de Pasco,
Cajamarca y Cusco.
Perú y
Bolivia, fueron países que aportaron con la minería a la primera gran
revolución industrial en el mundo, pero siguen siendo países de tercera, hoy
países más pobres del mundo, países condenadas a la nostalgia, atormentada por
la miseria y el frío, es todavía una herida abierta por donde chorrea sangre y
los vampiros se nutren de ella.
Galeano. (1971) Óp.
cit. “Este ya no es el
reino de las maravillas donde la realidad derrota a la fábula y la imaginación
era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las
montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa
existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente de reservas del
oro, hierro, cobre y las materias primas
con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que
américa latina gana produciéndolos”